PORCELANA
Y escarbando en el baúl de cosas olvidadas te encontré, mi
vieja muñeca de porcelana. Por un momento añoré con una gran emoción y
nostalgia los viejos tiempos, aquellos que pasamos juntos entre risas,
confesiones, juegos y algunas noches de llanto.
Vinieron a mi mente promesas incumplidas, sueños rotos
además de fantasías cuando menos innombrables. Y lloré, como un niño que mira su juguete favorito caer
por la alcantarilla o siendo destrozado por el auto de papá que lo atropella
por descuido, mi alma derramó incontables lagrimas por todo lo que un día
significaste para mí, tierna muñeca de suave y lindo rostro.
Hoy te contemplo, manoseada por el tiempo, remendados los
trozos de tu alma y ser por agujas que entintan tus heridas más profundas,
marcas con las que intentas esconder cicatrices del pasado más terrible y es
que al dejar de ser compañeros de juegos nos perdimos en el laberinto de la
soledad.
Te miro y ya no siento deseos de confesarte mis ilusiones, la
tristeza y repulsión se apoderan de mí, me asusta ver tu rostro fragmentado y
es que no eres más nada que un viejo juguete roto y maltratado.
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